Crepúsculo de Stephanie Meyer
Bella Swan tiene 17 años cuando decide mudarse con su padre a Forks, Washington. Había pasado bastante tiempo desde que fue por última vez a esta lluviosa y pequeña ciudad y esperaba encontrarse con un día a día tan aburrido como sus habitantes. Pero todos sabemos que no ocurrirá así.
No tardarán en llamar su atención un grupo de cinco hermanos del instituto con piel palídísima y facciones perfectas. Los Cullen no tenían ninguna intención de relacionarse con nadie, pero Bella siente una extraña atracción hacia ellos. Sobre todo hacia Edward Cullen, a quien no parece caerle muy bien.

Me ha costado años darle una oportunidad a Crepúsculo. Y el hábito que tengo de ver las películas antes que leerme los libros tampoco ayudó. Además, se empezaron a hacer bandos entre Crepúsculo y Harry Potter, así que me vi obligada a elegir.
Cuando llegó la cuarentena me enganché muchísimo a Crónicas Vampíricas y me apeteció seguir con el tema de vampiros y hombres lobo. Fue una sorpresa que al ver la saga me gustara porque tenía un recuerdo muy indiferente de ella. Era el momento del libro.

He encontrado aquello que buscaba en la novela, romance. Sin embargo, me resulta difícil llamar relación a lo que tienen Edward y Bella pues es muy superficial. La obsesión de Edward por Bella y la posibilidad de que pudiera matarla en cualquier momento, me animaba a seguir leyendo.
Prefiero leer como esa relación va creciendo y se va haciendo cada vez más fuerte, que la adaptación que se ha hecho a la gran pantalla con la intención de hacerla más entretenida.

Esto último ha hecho mucho daño a la imagen de la saga, donde muestra a unos personajes encasillados en un estereotipo, mientras que en el libro no les define con tanta perfección y son sus defectos los que los hacen más reales.
Pero lo que más me ha sorprendido ha sido descubrir que Bella tenga tanta personalidad. No es un personaje plano e indiferente como me lo habían descrito. Al final, son sus decisiones las que hacen avanzar la historia y su relación con Edward.

La película, que fue lo que me animó a leer el libro, ha resultado ser lo que menos me ha gustado. Aunque algo habrá hecho bien entonces, ¿no?
Igualmente, no me arrepiento de haberle dado una segunda oportunidad a la historia y poder disfrutarla de varias maneras.
Hay tres cosas de las que estoy completamente segura. Primera, Edward es un vampiro. Segunda, una parte de él se muere por beber mi sangre. Y tercera, estoy total y perdidamente enamorada de él.
Deja una respuesta